Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


martes, 31 de enero de 2023

Nanorrelato Nº 675. Lo siento

Esta mañana heladora una chica me ha pedido, con la introducción de |«estoy en la calle», una moneda. La he contestado en automático «No tengo nada, lo siento», a lo que ella me ha devuelto un «No digas lo siento, que es como un escupitajo en la cara». La palabra escupitajo me atravesado de lado a lado, y me he vuelto para darle una moneda y repetir lo siento. Ella ha hecho lo mismo. Las lecciones de verdad siempre se dan muy temprano. Gracias, chica. 

 


jueves, 24 de noviembre de 2022

Nanorrelato Nº 674. Solo sí es sí

Mientras escurría la fregona, mientras el agua negra se iba blanqueando, la frase “solo sí es sí”, que oía en el pequeño transistor que le hacía compañía, penetraba en su cabeza con la misma decisión y facilidad que la leche caliente entra al mojar un bizcochón. Pensaba en su sirvienta madre , y cuanta falta le habría hecho ese “solo sí es sí” …en su día. Pero de la misma forma que ya no se fregaba de rodillas, volvió a escurrir su fregona, que dinerito le daba para que su hija terminara medicina, y se atusó con mucho orgullo la bata azul y pensó lo bien que le quedaría esa frase cogida con un imperdible en el pecho. «¡Mañana, sin falta!»


lunes, 31 de octubre de 2022

Nanorrelato Nº 673. Pensiones

La sala de conferencias estaba abarrotada. Era lógico: el mayor experto economista liberal, director de ese instituto tan prestigioso, también liberal, estaba dando una charla magistral sobre la lacra de las “pensiones”.

«…y, queridos amigos, puedo afirmar que la verdadera y única solución al colapso de la pensiones en nuestra nación, pasa por retrasar la edad de jubilación y hacer coincidir dicha edad con el fallecimiento del trabajador»

Los aplausos fueron atronadores…incluso alguien afirmó ver que varios jets privados hacían piruetas en el aire celebrando la inteligente conclusión.


miércoles, 5 de octubre de 2022

Nanorrelato Nº 672. Inmigrante

Su bisabuelo lloró solito en la isla de Ellis, ya que fue el único que llegó con vida de toda la familia. Su abuela, con su madre a cuestas, cruzó desesperada el paso de Le Perthus huyendo del hedor a muerto. Ahora él, sentado en un sillón Camel, aprovechaba las imágenes de un telediario para explicar a su hijo el peligro de la inmigración. De fondo, en la radio de la criada, sonaba el corrido mexicano que reza:

Mi padre fue peón de hacienda

Y yo revolucionario

Mis hijos pusieron tienda

Y mi nieto es funcionario

domingo, 25 de septiembre de 2022

Nanorrelato Nº 671. Unión ciencias y letras

Cuando se presentó ante el juez, que le miraba por encima de sus gafitas comiéndose un yogurt, después de decenas de cartas en papel reciclado citándole una y otra vez, obviándolas todas por las excusas más peregrinas que a una persona desesperada se le pueden ocurrir siempre teniendo como imagen a su progenie debajo de un puente, un “hasta aquí he llegado” se le deslizó en forma de goterón de sudor por la columna vertebral.

«Y dice usted que pidió este dinero para pagar los intereses exorbitados que su banco le aplicó injustamente.»

«Sí…sí señor»

«Y cuando lo hizo, ¿tomaba usted probióticos?»

«Eh…no sé ni lo que es eso, así que supongo que conscientemente no»

«No se puede tomar una decisión así con un desequilibrio intestinal que nos nuble la razón, dada la importancia que tienen los miles de millones de bacterias que pueblan nuestro intestino y que tanto dirigen nuestras acciones cerebrales. ¡Queda exonerado! No estaba usted en sus cabales»


jueves, 25 de agosto de 2022

Nanorrelato Nº670. Sin olfato

Hoy vamos a estudiar la última teoría publicada en esta parte del universo cóncavo sobre la desaparición de esa especie de aquel planeta de tono azulado. Se denomina, la teoría de los “ciervos sin olfato”. Aquellos seres, denominados humanos, acabaron comportándose como reza el nombre, es decir, un ciervo que no tiene más remedio que hacer lo que haga la manada ya que ha perdido su principal sentido de detección del peligro. Es decir: si la manada corre, él corre. Y si la manada se lanza por un precipicio, su destino está escrito. Y por los resultados… “todos” saltaron hacia el abismo, ya que ninguno tenía olfato

domingo, 21 de agosto de 2022

Nanorrelato Nº669. La hormiga

Muchas veces le miraban. A él le daba igual. Lo importante era su objetivo. Desde hacía algún tiempo su comportamiento parecía extraído del cuento de la cigarra y la hormiga, siendo la hormiga, más o menos. Se preparaba constantemente para los acontecimientos terribles que le podía enviar la vida. Así que cuando daba un paseo por el jardín tardaba horas en terminarlo, ya que, por ejemplo, si una flor le llamaba poderosamente la atención, se quedaba horas parado en ese instante hasta que lo memorizaba para siempre, es decir, para tenerlo disponible cuando la vida le enviase algo malo. Tenía muchos recuerdos buenos bien memorizados durante muchas primaveras «¡Que venga, que venga el invierno si quiere!» Por eso las personas se le quedaban mirando, y hasta hacían gestos circulares con el dedo índice. Así que los celadores del psiquiátrico eran compasivos con él y le dejaban más tiempo que a nadie en el jardín, mientras llamaban la atención a aquellos de los dedos circulares.