Se miró al espejo y, al no reconocerse, dio un salto hacia atrás. Volvió a acercarse esperando una segunda oportunidad, pero siguió sin saber quien era la persona reflejada. Cerró y abrió los ojos compulsivamente a modo de maniobras de reanimación y, al cabo de un ratito…por fin lo consiguió: Sí, era ella. Se fue recuperando poco a poco de la onda expansiva, desperezándose lentamente, sin prisas. Comenzó a vivir. Por primera vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario