Y el pájaro azul de Bukowski, una vez asumida
la muerte de su amo, fue a posarse en el alféizar de otro corazón, buscando
otra jaula ósea en la que le tiraran whisky y humo de cigarrillos. Pero sólo
le caían pavo desgrasado y agua con gas. << ¡Vaya mierda de autolisis! ¡Cómo
te echo de menos, amigo!>>
Nadie va a poder acogerlo como su verdadero compañero, así es la vida.
ResponderEliminarDesde hace un tiempo ronda en mi cabeza un escrito y aún no es tiempo de parirlo, pero tiene que ver con la palabra "alféizar", creo que es una de esas palabras preferidas por los escritores, yo jamás la oí en boca de una persona real en una conversación real. Bueno, tal vez mi mundo sea demasiado acotado.
No es una crítica, Pedro, por favor no lo pienses así, es que al leerla me dije: cuánto hace que quiero escribir sobre esas palabras que solo se ven en los libros, y lo más llamativo que el proyecto de texto se llama justamente "Alféizar". Perdón, me deliré.
Un abrazo grande.
HD
Gracias, Humberto. Fíjate, Berlanga el gran cineasta conseguía meter en todas sus películas la palabra "austrohúngaro". ¡Esa sí que es difícil de escuchar...! Un abrazo muy fuerte.
EliminarP.D, En todas mis novelas aparece la palabra "picatoste"
Otro abrazo