Un trocito de....

"Quizá tuvieran razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar" Willian Faulkner


jueves, 23 de noviembre de 2017

Nanorrelato Nº 479. Ángor

Tumbado en la motorizada camilla, los rectángulos, cuadrados y líneas que habitaban boca abajo en el techo, iban pasando a una velocidad pasmosa, mientras las luces, que se intercalaban entre ellos, se mezclaban como si fuese la paleta de un impresionista en pleno brote creativo. La respiración fuerte, decidida, que oía detrás, proveniente del protagonista de la motorización, apagaba con facilidad el resto de sonidos. De pronto, al frenar en seco, con la sorpresa que ofrece un guiñol callejero, llenaron el espacio tres caras amigables y preocupadas. Sólo hablaba una de ellas, con rapidez, mucha rapidez. El dolor desapareció a la par que varias manos se posaron sobre el dolorido pecho, reconfortándolo ¡Qué maravilloso color verde! Se acabó.


Se lo vuelvo a dedicar a mi amigo Leo, el cardiólogo

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